2 de Noviembre
2 de Noviembre
Cuenta la leyenda
que cuando en un
jardín aparece un
colibrí nos viene
a contar que las
almas de los que
amamos están bien
Bonito Día
Sonríe, agradece y vive,
pero vive de verdad, que
el último viaje es impredecible.
No lo esperes con temor ni con
resignación. Sí, es cierto, nos
tenemos que ir, pero primero
¡Vivamos!
Cuando una persona
muere ya no es capaz
de hacer nada para
ganar el cielo;
sin embargo, los
vivos sí podemos
ofrecer nuestras
obras para que el
difunto alcance
la salvación.
La muerte está tan segura
de alcanzarnos, que nos da
toda una vida de ventaja.
Mientras pensaba que estaba
aprendiendo cómo vivir, he
estado aprendiendo cómo morir.
Siempre tendré presente tu
cuerpo y tu voz, aunque pase
el tiempo y no te encuentre
entre nosotros, tu alma sigue
conmigo. La muerte no llega
con la vejez, sino con el olvido.
No te entristezcas por la muerte
de tus seres amados, hoy ellos
están con Dios. Recuerden que muere
el olvidado, así que a todas aquellas
personas que perdieron a un ser amado,
nunca lo olviden. Aquellos que tengan
un ser amado en el eterno descanso,
recen y rueguen por sus almas y para
que encuentren la paz.
Cuando la muerte se presenta,
emerge un momento propicio para
la introspección, un espacio en
el que podemos aceptar la partida
de quienes ya no comparten nuestro
mundo, permitiéndonos expresar el
duelo que llevamos dentro.
Tú sabes ¿Cuántos se fueron
queriendo hacer más cosas?
¿Cuántos lamentaron no tener
más tiempo? Ese último momento
llegará y ni siquiera lo imaginamos.
Dicen que todos tenemos miedo de
morir, pero no todos aprendemos a
vivir, cuando se aprende a vivir
el temor a la muerte se transforma.
Dedicado a quienes ya no están