Buenos días
Padre amado:
Hoy como siempre
coloco en tus manos
mi vida, mi familia y
mis necesidades, que en
este día se haga tu
voluntad y no la mía
Amén.
Hoy empiezo este día poniendo todo en tus manos, gracias por guiar mis pasos, eres mi Padre celestial que cubre mis necesidades, no me tengo que preocupar, porque tú suplirás todas las cosas que necesite.
Señor, gracias por las bendiciones
que das a mi vida, porque dan brillo
a mi día, gracias por mostrarme tu gracia
y por darme la inteligencia necesaria
para lograr llevar a cabo mis labores.
Cuando te levantes por la mañana, da gracias por la luz, por tu vida por tu fuerza. Da gracias por tu comida y por la alegría de vivir. Empezar el día con el pie derecho es poner unos buenos cimientos al edificio de tu vida.